Es una criminóloga en potencia, pero de momento se le puede considerar una depredadora del área. El fútbol y ella son uno solo, se necesitan, se buscan, se acompañan.
Para curar ese amor pasó hasta por terapia psicológica, pero nada, nada, parece poder vencer esa unión, ni su propia madre, que pasó de ser una detractora a ser su mayor apoyo, su mayor seguidora, esa que no se pierde ninguno de sus partidos.
Karla Villalobos, “mamba” como se le conoce en el medio, está a las puertas de ser mundialista, pero no ha sido fácil. Su vida ha estado llena de retos, duras pruebas, malas decisiones, que hoy le forman un carácter ganador.
Pers
¿Quién es Karla Villalobos?
Soy tímida y muy familiar, aunque me gusta compartir. Soy una persona de retos, exijo compromiso y responsabilidad. Me gusta ver películas y hacer cosas extremas.
¿De dónde nació el amor al fútbol?
Desde que aprendí a caminar supe que mi vida era el fútbol. Me regalaban muñecas y prefería regalarlas para ir a jugar fútbol con una caja de jugo.
¿Cómo fueron los inicios en el fútbol?
Mi mamá fue la principal detractora; no quería que fuera futbolista y hasta me llevó al psicólogo. Obviamente no me curé, pero seguía con su obsesión, tanto así que me regalaban balones y me los estallaba. Hasta que me dio la oportunidad de hacer lo que más me gusta. Ahora puedo decir que mi mamá es mi admiradora número uno, no falta a ninguno de mis partidos.
¿Cómo defines el fútbol?
Es mi vida, el hecho de jugar me hace feliz. Cuando entro a la cancha me transformo, esas ganas y lucha de querer seguir salen del corazón.
¿Cómo llega a la selección?
En el 2004 me llamaron; a partir de ahí estuve en tres procesos más y después me desaparecí del fútbol. Amistades que no eran las correctas me desviaron. Me avergüenza decirlo pero salía mucho, no descansaba, bebía y fumaba mucho, llevé una vida muy desordenada.
¿Cómo fue el regreso al fútbol?
Fue difícil, en ese tiempo subí mucho de peso y obviamente perdí la condición física, pero me propuse regresar con el sueño de proclamarme goleadora y así fue, bajé 14 kilos y logré la marca histórica de sumar 64 goles en el campeonato nacional.
¿Un momento triste que te marcó?
Regresar a la selección y topar con la mala fortuna de lesionarme; a tres días del viaje al Premundial de la CONCACAF, en octubre del 2014.
Yo me dediqué a esto y a pesar de que las lesiones me han aquejado siempre he dicho que mi mayor sueño es llegar al mundial. Sé que aún falta mucho y no tengo un puesto seguro, pero voy a luchar hasta el final por estar ahí y aportar.
¿Le gusta la música?
La música es mi pasión, sin ella siento que no soy Karla, me libera de muchas tensiones, me gusta tanto que tengo un programa de mezclas y en mi tiempo libre aprovecho para hacer mezclas de música electrónica o reggae viejo.