Su familia lo es todo. Su papá, Sivianny Roríguez, le ayudó en lo que la apasiona, el fútbol, y su madre, Grettel Cedeño, le inculcó el amor a Dios, quien es su fortaleza y su roca.
A su hermano, quien se llama igual que el papá, lo admira y mucho, y le agradece que siempre haya sido un gran ejemplo. Esa es la vida de Raquel Rodríguez Cedeño.
El fútbol la tiene viviendo muy lejos de su familia, pero no está sola, recalca que Dios siempre está con ella, es su gran compañero y guía, sin dejar de lado los valores de compromiso y disciplina que le inculcaron desde niña.
Amante al rice and beans, le encanta escuchar música, tocar la guitarra, la batería, leer y en general poder pasar el tiempo con sus seres queridos. A eso se dedica cuando está fuera de la cancha, su otra gran pasión.
“Mi papá fue el propulsor de mi carrera, me impulsó a seguir cada día. Siempre me animó para entrenar y con eso él supo inculcarme valores como el trabajo fuerte y la disciplina”.
El fútbol le dio la oportunidad de poder obtener una beca y estudiar Administración Recreativa en Pensilvania. Es una de las pocas seleccionadas que puede dedicarse sólo a estudiar y hacer lo que le apasiona, jugar al fútbol.
Los mundiales no es algo nuevo para ella, en Canadá 2015 completará su tercero, luego de estar Nueva Zelanda 2008 y Alemania 2010. El primero sub 17 y el segundo en sub 20.
Soy un persona que le gusta mucho meditar y planear las cosas, alegre y muy determinada.
¿Cuál es el mayor reto que has enfrentado?
Emocionalmente fue tener que independizarme y dejar a mi familia para irme a vivir fuera del país; y allá en lo deportivo fue enfrentarme a una cultura donde la condición es muy trabajado, eso hizo tener que trabajar muy fuerte para conseguirla.
¿Admiras a alguien?
A Jesús sin duda. La razón es porque él, siendo el único inocente cargó con mi culpa y me amó, aun sabiendo que yo le iba a fallar. Jesús rompió esquemas y no vino a condenar, sino a ofrecer perdón y esperanza para quienes lo busquen. Más que una admiración, deseo vivir para agradarle después de lo que él hizo por mí.
Graduarme de la universidad y jugar profesional. Siento pasión al pensar que quiero trabajar con niñas de bajos recursos alrededor del mundo y que puedan vivir el sueño de jugar fútbol y estudiar.
¿Cuáles son sus aspiraciones?
Ser una buena persona, ahora pienso que nada vale tener medallas y trofeos si no tratas bien a las personas y no dejas una huella positiva. Con la selección aspiro como delantera a anotar, poder traer lo que he aprendido a la selección y procurar tener el instinto matador en la cancha para ayudar al equipo.