Si por su carita y edad se le analiza es toda una niña. Pero si se le hace por su desempeño en el terreno de juego y nivel en las selecciones nacionales, es una experimentada.
Con sus regates, en los que dejaba tendidas a las rivales en el Mundial infantil, se ganó el corazón de los costarricenses, quienes desde ese momento, se enamoraron de esa menuda chiquita.
Es Gloriana Villalobos, quien con apenas 15 años, está a las puertas de jugar su tercer mundial en poco más de un año.
Las oportunidades que le ha dado el fútbol la hicieron madurar muy rápido, cambiar su vida normal de adolescente y adquirir grandes responsabilidades, como portar la banda de capitana en un mundial.
Su familia ha sido su gran apoyo para poder asumir todos los retos que se le han presentado, sus papás Carlos Villalobos y Flor Vega, han tenido que asumir roles para poder acompañarla a la mayoría de los partidos, traerla y llevarla a los entrenos.
Le encanta dormir, ver películas toda una tarde en su casa o ir al cine y cuando es de comida, la pizza y la lasaña de pollo, le hacen la boca agua.
Cursa décimo año de colegio y desea estudiar Terapia o preparación física, sin dejar de lado el sueño de salir del país para jugar profesionalmente.
¿Quién es Gloriana Villalobos?
Soy una persona que pese a su corta edad soy madura, que ha tratado de aprender mucho de las experiencias y que he dejado de lado mi vida por el fútbol. Me encanta mucho molestar y hacerles bromas a mis compañeras.
Me gusta cuidarme mucho, verme femenina, vestir bien y siempre acorde al lugar o la actividad a la que voy.
Que son todo para mí, siempre están allí para mí, somos una familia súper unida. Mis papás siempre tratan de darnos lo mejor y por eso se sacrifican mucho. Mi hermano mayor (Diego) me ayuda con las cosas del colegio y mi hermano gemelo (Mauricio) es mi mejor amigo, siempre estamos juntos en todo y él fue el que me impulsó a jugar fútbol.
¿A quién admira?
A todas mis compañeras de selección, sé todo lo que han tenido que pasar para poder estar aquí, es duro y ellas lo han hecho por mucho tiempo. Esto es de muchos sacrificios y por eso son un ejemplo de lo que se puede lograr con trabajo fuerte.
¿Se imaginó que con 15 años podía vivir todo esto?
Nunca me pasó por la mente que las cosas se me iban a dar tan rápido. Con el mundial sub-17 se me abrieron muchas puertas, fui capitana y Dios me puso el reto de convertirme en una referente y lo he podido enfrentar con mucha responsabilidad.
Desde que vi una bola rodar me enamoré, desde que mis hermanos jugaban en el patio, nunca he parado de jugar fútbol.
¿Qué sacrificios has hecho por el fútbol?
He sacrificado mi niñez y juventud, salidas con amigos y el más importante, el tiempo en familia, pero no me arrepiento de nada, ha valido la pena. El fútbol nos ha dado muchas alegrías.
También tener que luchar con muchas personas que no quieren vernos cumplir nuestros sueños y contra los estereotipos que sólo los hombres deben jugar y nosotras por hacerlo nos volvemos poco femeninas, lo que es totalmente falso.