Para Anthony Jiménez hoy era un día normal de escuela. Se levantó, alistó sus útiles, se puso el uniforme y se fue como todos los días a la escuela 20 de noviembre de Puntarenas. Sin embargo, su día cambió de repente.
Un compañerito le recordó que esta mañana tenía que representar a su escuela en el Campeonato Infantil de Fútbol Scotiabank 2017, en la décimo sexta jornada que se disputó en el estadio “Lito” Pérez. Este niño no lo pensó dos veces, y se devolvió a su casa por la ropa deportiva, excepto los guantes.
“Mi mamá me lavó los guantes ayer, por lo que me tuve que venir así. Me devolví hasta mi casa y me fui corriendo para la escuela”, relató el jugador, quien terminó siendo figura para su escuela. A pesar de que al final no ganaron, su actuación fue aplaudida y fue determinante para que se definiera el ganador en la tanda de penales.
“Chino”, como le dicen sus compañeros, intervino en varias situaciones importantes en los dos partidos y paró un penal en el segundo juego que hubiera significado la derrota de su equipo. En la tanda de penales final estuvo cerca de detener dos lanzamientos.
“Yo he jugado casi de todas las posiciones porque primero era defensa cuando tenía ocho años y a los diez comencé a ser portero y me estuvieron llamando en un montón de equipos”, explicó este portero, quien al final de la fecha se ganó unos guantes, una medalla y una camiseta de entrenamiento de la selecciones nacionales menores al ser catalogado como el mejor portero.
Esta experiencia que vivió dejó a este porteño con una sonrisa de oreja a oreja, a pesar de que la frustración después de la tanda de penales en el último partido fue evidente.
“Fue bonito y los partidos estuvieron increíbles. Me siento muy feliz por haber ganado estos guantes”, agregó.