El delantero nacional Alejandro Gutiérrez tiene marcada en el calendario la semana del 12 de diciembre. Pero no se trata de algún compromiso futbolístico que deba emprender con su equipo, Fútbol Consultants, o algo relacionado con la Selección Sub 20, donde también milita. Ese día del próximo mes empiezan los exámenes finales semestrales en la prestigiosa universidad de Harvard.

Alejandro combina el fútbol con los estudios en esa importante casa universitaria, una de las más reconocidas del mundo. Lo admitieron este año, luego de ver su destacado rendimiento tanto en la cancha como en las aulas.

“La universidad está reestructurando su programa deportivo, para que sea más competitivo. Salí de un colegio bastante bueno (Lincoln) y mantuve buenas notas a lo largo de los años; eso junto con el fútbol me abrió las puertas”, comentó el joven de 19 años.

Los goles de Alejandro son grandes protagonistas en el actual torneo de la Liga de Ascenso. Cerró su participación en el Apertura con 11 anotaciones que lo convirtieron en el máximo artillero de toda la categoría.

“La buena temporada de Fútbol Consultants se explica porque integra a muchos jóvenes con la experiencia de jugadores como Patrick Pemberton y Cristian Montero”, añadió este vecino de Santo Domingo de Heredia.

Alejandro inició su aventura por Harvard a la distancia, estudiando vía remota desde Costa Rica, otra de las imposiciones del año de la pandemia. Apenas sea posible reanudar la educación presencial, empacará maletas para llevarse a Estados Unidos sus libros y sus goles.

“Estudiar y jugar fútbol es un tema de organizarse para manejar el tiempo. No es fácil, pero hay que ordenar sus prioridades y estar dispuesto a asumir ciertos sacrificios”, añadió.

En el horizonte vislumbra la posibilidad de ser llamado por el técnico de la Sub 20, Vladimir Quesada, para disputar el premundial de la categoría, que aún no tiene fecha.

En pleno tránsito de la adolescencia hacia la vida adulta, Alejandro tiene la suficiente madurez para saber que el deporte es maravilloso pero pasajero, mientras que el estudio le ofrece un contrato de por vida.

“Es bonito el fútbol, pero uno no sabe lo que le tiene para el futuro. Por eso también hay que tener una carrera”.