Cali, Colombia. El 24 de octubre del 2021 Stephanie Blanco vivió uno de los días más amargos de su carrera como futbolista. Una lesión la sacó del amistoso entre Costa Rica y Jamaica y a partir de ese momento inició un duro proceso del que hoy da testimonio.
La defensora de Talamanca regresó al equipo patrio después de nueve meses en los que vivió una ruleta de emociones. Días buenos, otros no tanto, lágrimas, pero siempre con la mirada puesta en que saldría adelante.
Hoy, con una sonrisa en su rostro, vive de nuevo la adrenalina que representa estar en el equipo patrio. Ya completamente recuperada, ahora solo piensa en dar el máximo y pelear por un campo en la lista final del Mundial de Australia y Nueva Zelanda 2023.
Regreso a la Tricolor
Estoy muy feliz de estar nuevamente acá, siempre ha sido un privilegio portar esta camisa y defender estos colores y regresar y ver a mis compañeras a uno lo motiva.
No fue nada fácil. Uno no sabe lo que realmente pasa hasta que lo siente y pasa ese proceso. Fueron días buenos, días malos pero yo sabía que son consecuencias del fútbol y que no podemos controlar.
Uno aprende y crece. Yo siempre soy de verle el lado bueno a las cosas, aunque a veces no sean fáciles. Lo que aprendí con todo esto fue a tener paciencia. Levantarse, tener constancia, resiliencia y tratar de siempre buscar una motivación.
El apoyo de familia y amigos
Al final mi familia y amigos han sido fundamentales en este proceso bastante difícil. Por ejemplo Gaby Guillén y su pareja Andrea me adoptaron y siempre me empujaron a salir adelante. Eso a uno lo sostiene.
El Mundial a la vista
Al ver ya la clasificación es motivante para todas las jugadoras. No va a ser fácil porque hay muchas que van a pelear por un puesto, pero es la parte bonita y donde uno se da cuenta de lo capaz que uno puede ser.
Stephanie Blanco superó una ruptura completa del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha.